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Joaquín Trincado
Foto del escritorEMEDELACU

Potencia y obediencia de los espíritus naturales



Si pensaseis que la naturaleza es tierra insensible, estáis en el error más grave que podéis tener.


Todo átomo y más bajo el átomo, el corpúsculo tiene vida propia, bien que la llamemos natural; pero en todo caso, la vida es el espíritu; y por lo tanto los espíritus que obran la vida natural, llamémosles espíritus naturales; y el viento, el agua, el fuego y la tierra, no es más que un conjunto de espíritus naturales, distinguidos así por sus funciones, según su grado: (tomen bien nota los Teósofos y rosa-cruces), pero en verdad, solo es (en conjunto) el espíritu universal: Y entre todas las especies de espíritus naturales, al parecer diferentes, forman la tierra y su atmósfera. Nada hay que me pueda desmentir, física ni metafísicamente, pero dejo camino a la ciencia. Volvamos a nuestro punto.


Pues bien; puesto todo un pueblo en estado magnético equilibrado para obrar la ley y unificados por el dolor de su necesidad, se desnudan todos sus individuos de la aureola o cáscara inficionada, o se quiebra, dejando salir la súplica, cargada de fuerza positiva que va limpiando la atmósfera pesada que los envolvía, la que no es más que sus fluidos perniciosos y pensamientos torvos y ahora, queman esos fluidos, con su fervor doloroso.


No es este "Método", lugar de explicaciones; pero los pensamientos, las acciones y deseos de los hombres, son los que forman la atmósfera propicia, o contraria; y cuando contraria, su tupidez, no deja penetrar el rocío y los fluidos positivos. Más cuando veis todo un pueblo unido en petición y que se derraman lágrimas, lavan sus manchas, purifican la atmósfera y entonces se infiltran los efluvios positivos en el punto a propósito del contacto de los dos Polos, y se forma la nubecilla tenue, que se va engrosando por instantes por la cooperación exclusivamente de los espíritus naturales que obedecen por ley al pedido de justicia y en este caso, la lluvia es un hecho.


Tenemos el ejemplo del profeta Elías; aquella tremenda voluntad que tuvo a los caldeos 42 meses (3 años y medio) sin llover, hasta que los hizo llorar sus depravaciones y entonces llovió; y no dirá aquel buen hermano que hizo milagro, sino que obró la ley.


Soy testigo presencial y partícipe de un hecho en el pueblo en que nací, por el año 1875; tenía yo 9 años; eran más de dos años que no llovía y hasta los olivos se secaban. No se había podido criar la cosecha de un año, ni se pudo sembrar al siguiente y nos encontrábamos cerca de otra siembra (septiembre) y parecía seguir todo el mismo camino. "Se ha vuelto el cielo de bronce” decían las gentes.


Una comisión de vecinos, pide al alcalde que disponga hacer rogativas, y al efecto, ordena al clero que disponga traer al pueblo, a la que llaman, Virgen de la Concepción; (perdóname Madre mía) ya sabrán a su tiempo lo qué eres y quién eres.


Hay allí una iglesia llamada y con títulos de "basílica”, por fortuna, sirviendo de cabecera al cementerio donde huérfanos y viudas se consuelan.


Sacar de su camarín aquella imagen, cuesta o costaba entonces una partida de duros, que hay que pagar al Pontífice de Roma; ¡siempre el comercio! por lo cual, llevar esa imagen al seno de la familia, al pueblo, es un acontecimiento muy grande; por lo que no entra, más que por una alegría grande, o por un gran luto, fuera de estos casos, justificados antes, solo tienen derecho a llevarla cada 25 años.


Si fuera por conservar la obra de arte (que lo es por su esbeltez natural y talla, sin trapos ni cintajos, que mide un metro y medio derecha y una verdadera cara de mujer, con mirada de amor y súplica a lo alto), si fuera por su conservación repito, habría que agradecerles tales medidas; pero es la imposición y una usurpación de derechos con fines comerciales y es penable.


En fin, salió del pueblo la rogativa; la carretera a sus dos lados, estaba cubierta de todo el pueblo, en sus dos kilómetros.


Son la dos de la tarde y el cielo estaba azul, como suele serlo en Navarra y nadie podía pensar en ver llover, dentro de dos horas.


Hubo plegarias, sermón y las exhortaciones del caso: a las cuatro, salía la imagen en hombros de los seis más robustos mozos del pueblo y al ser bañada por los rayos del sol, un fervoroso ¡viva! de un anciano, hizo contestar a ocho mil voces que prosternadas sollozaron: ¡Agua, Madre mía! y las madres presentaban a sus hijos de pecho.


El cielo seguía límpido y azul, bajo el sol todavía quemante sobre el abrasado suelo.


Una hora llevamos caminando en medio de pedidos y discursos de inocentes niños y niñas; cuando ascendimos a la prominencia del puente, una voz dice: ¡una nube en Yerga!; era un acontecimiento.


Yerga, es una sierra distante unas 5 leguas y largos meses hacía que no la había sombreado una nube. Del puente, a la entrada del pueblo donde estaba un altar preparado para descansar, hay 500 metros, que costaría andar media hora; y ya en ese breve tiempo, la nube había envuelto toda la sierra y rompía su marcha bañando con sus lágrimas, la árida tierra.


Se ordenó adelantar la marcha sin descanso y a las 6, la imagen entraba en la parroquia, mojada con las primeras gotas; 10 minutos más tarde, se convertían las calles en arroyos y los campos saciaron su larga sed. Excusaré decir las alabanzas y actos de amor de aquellos sencillos labradores a su augusta Patrona, y Madre, como también la llaman con amor y sin fanatismo; pues cuando tienen aquella imagen en el pueblo, dicen satisfechos: "tenemos en casa a la Madre". Y cada uno cree (y no sin razón) que la tiene en realidad como su propia madre, sentada en su mesa.


Este, es el amor que pido yo para tan augusta y profícua Madre, a los discípulos del "Método Supremo."


Os he relatado el hecho. ¿Qué lo ha operado?


El magnetismo; la unidad de pensamiento con la purificación por el dolor y el arrepentimiento que puso a todo un pueblo en un solo querer, dentro de la ley; pidieron y les contestaron, fueron servidos, porque en potencia colectiva se elevaron, poniendo en movimiento sus líneas de fuerza magnética, relacionadas con el agua y atrajeron ese fluido, como hubieran atraído otro elemento cualquiera que hubiesen puesto en equilibrio, a lo que obedecen y corresponden los Espíritus Naturales, que forman el elemento pedido, lo mismo para el bien que para el mal, porque la ley es solo una; os queda el secreto descubierto y probado por los hechos citados, de los cuales hay ejemplos a millones de todas las índoles.


Ya se ve claro e irrebatible (porque es científico) que todos los efectos que el hombre realiza, es solo a causa del magnetismo, pero obrados únicamente por el Espiritismo; porque, en todo a lo absoluto, es el Espíritu quien puede y obra todos los actos de la vida, universales y parciales; esto ya se le dijo al hombre, hace 57 siglos en el sánscrito, primera escritura o ley que se le dio a la tierra, para la regeneración y empezar el progreso; y Shet escribió:"En él estaba la vida y la vida es la luz de los hombres". Verdad suprema, aún no comprendida por los hombres, porque hasta hoy, la mayoría, solo han vivido de sus dos entidades animales: el cuerpo y el alma, es decir, solo manejaban la resistencia alma, sobre el polo negativo cuerpo y esto, solo puede dar lo que tiene: corrientes negativas.


No pases adelante, amado discípulo, a operar, si no sientes en ti el calor del polo positivo de tu espíritu, que es tu vida; sin lo cual, no puedes estar consciente de las verdades que te he expuesto en esta primera parte, porque sin esta convicción y calor, no harás obras de provecho; por lo que te invito a que examines todos tus rincones y si te encuentras capaz, si he abierto las puertas de tu conciencia, entra de lleno en el mecanismo de esta Dínamo universal de las fuerzas, para con serenidad, buscando el bien común antes que el tuyo propio y tu triunfo es seguro; y en tus evocaciones, siempre encontrarás en tu camino a tu maestro, con la ley de su escudo.


Valor pues y adelante.


Libro: El Magnetismo en su origen; Método supremo

Autor: Joaquín Trincado


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