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Joaquín Trincado

Marzo 30 de 1912. (Portillo)

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 25 nov 2024
  • 7 Min. de lectura


¿Qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Dónde estoy? ¿A qué soy llamado? Ciertamente se han oído dos llamados estridentes que despiertan el Espíritu y ya se disponen los pregoneros de Alá, de Buda y de Eloí, palabra oída de un viajero muy lejano y nos enseñó los mundos que ignorábamos y lo digo, para testificar que he presenciado los Juicios y las manifestaciones del Juicio, a que todos somos sometidos hoy en la tierra. Los pregoneros se disponen a dar el tercer toque y me apenaba el no poder venir a justificarnos; temíamos no estar en la ley; pero todo obedece a la justicia y nos tocó hoy.


Deteneos, no cabe más que una ley y no tenemos que justificarnos y abrir la historia en unidad.


Vengo porque soy llamado a dar una justificación de las inmensas legiones de la Iglesia de Buda; y en el momento preciso de ser llamada mi Iglesia, hemos visto fuego en el espacio, que circunda toda la tierra y las llamas conmueven la obra de los equivocados.


Llegó hasta vosotros, sujeto por una ley. No sois de mi estirpe, de Buda; pero he presenciado que vosotros habéis juzgado a los cristianos, a los de Alá y a todos habéis dicho un Dios que no se pronunciarlo como hombre; solo como espíritu lo puedo comprender. Amor, Amor, Amor, todos dicen amor.


Vengo pues con satisfacción, porque, Amor has dicho a todos y todos hemos prevaricado.


Deteneos, yo os represento y para todos, la ley es una, Amor. Nosotros, como hombres, escribimos el artículo de nuestra creencia en Buda y ahora hemos estudiado las religiones generales y, ya sea Alá, ya sea Buda y hoy Eloí, (palabra oída a aquel gran espíritu de tan gran luz) vemos que es el mismo principio, pero hemos prevaricado y hoy el Juez nos dice, Amor. Recopilando todos los principios en un solo principio.


De todas las religiones, el fondo es el mismo; pero la supremacía y el antagonismo, no ha permitido ni permitiría llegar a la perfección relativa; y así hermanos míos, tenemos que deponer. Es cierto que tenemos nuestro ideal; el más antiguo y mayor de que la tierra tiene; pero no nos llevan a ese santo ideal que nos presentan y que proclaman para todo el mundo y está en el fondo de nuestro principio, más que en otra religión; pero no lo hemos sabido encontrar, más que en la carne.


¿Qué podríamos hacer hoy, que no fuera acatar el nuevo principio?


Por esto y porque está en nosotros el deseo del bien; y porque el principio que dais es de unidad, deponemos nuestra Iglesia y acatamos la ley Amor.


Hoy vemos claro, que el Dios de los cristianos; Alá de Mahoma y Buda, es el Dios religioso; pero no puede ser el Dios de Amor, bajo cuya ley, Eloí Padre de todo el Universo como nos dijo Schilem, todos todos, todos están en la ley de amor y no es desheredado nadie.


En esto, nosotros, ya estábamos conformes, pero creíamos que el alma podía retroceder y vivir en cuerpos que no fueran hombres; y ahora, cuando hemos visto la verdad, vemos un error de doctrina y no del principio y nos arrepentimos de nuestra ignorancia y pedimos amor.


Nosotros, en nuestros ritos, sacrificábamos; y esta palabra amor, nos muestra nuestro equívoco y nos acusamos y pedimos amor y queréis la unidad como la decís vosotros, hijos de Sion, bajo esa ley de amor como lo dice el Espíritu de Verdad a quien aquí hemos oído confirmando a vosotros y aún encarnados, como codificadores del código eterno de la ley de amor, en cuyos principios está Alá y Buda; y hemos oído también que se nos llama al Juicio final, al que son llamados todos los hombres y espíritus y se les pide justificación a los fundadores y sostenedores de las religiones y de los estados civiles, porque las manchas nuestras, han manchado a toda la humanidad que pisó la tierra; y nuestros sacrificios y los de todas las religiones y las guerras de los estados, han enlutado la atmósfera y por eso el fuego que vemos, es la que viene a purificarla.


Hemos estudiado, visto y oído a los hombres que han venido de Sion, trayendo el archivo de cada hombre de la tierra, donde quedará al descubierto los hechos de la materia y las equivocaciones de los cuerpos; pero nuestra alma, se justifica en nuestro amor, desde ahora, a ese código de amor universal que se escribe, porque nos enseña a ver más allá del más allá tan pequeño que en nuestra visión veíamos, y ese hermano de Amor nos mostró las lejanas nebulosas a donde solo el pensamiento humano sin prejuicios de religión puede remontarse; y este cuadro, lo tiene el amor de ese código que escribís, que no se nos ha negado la luz para verlo. ¿Cómo no acatar y recibirlo, si nosotros estábamos al umbral de él?


Más el que nos dijo el nombre de “Eloí” (palabra que hemos grabado, oída a él) nos ha dicho, que los hijos de Sion que componen el tribunal, aun encarnados, penetran en aquellas moradas; no solo no dudamos; admiramos y pedimos perdón a Buda qué es el mismo, Alá o Eloí, y queremos trabajar para penetrar a las moradas de esas nebulosas, que nosotros en espíritu, no pudimos escalar y que vosotros visitáis siendo aún hombres, por la entera luz y fuerza de vuestro principio.


Somos llamados a Juicio; no protestaré, ni las huestes de inmensas legiones que adoran a Buda. Antes, agradecemos ese amor, palabra que pronunciaremos ya en todo momento, porque encierra ella sola, todas las leyes, todos los sentimientos y acatamos la justicia.


Queremos ser, aunque sean los últimos; los humildes del espacio y no los primeros, ni los soberbios de esos mundos de horror que nos fueron mostrados.


Fuimos como hombres, soberbios; y como espíritus, ciegos, por la libertad del espíritu; pero acatamos la justicia en cuanto se nos ha mostrado la verdad de la verdad y juramos de buena voluntad, entrar en la ley del Dios Amor, porque despierta más la inteligencia y vemos y confesamos, que hemos prevaricado del principio, en la familia y en el altar.


La obra no fue buena; pero aún nos vemos satisfechos, porque es menos mala que las otras religiones, que recibieron el principio más progresivo, muchos siglos ha y han prevaricado más y son más ciegos que nosotros hoy, porque no quieren ver, no quieren oír y no los acuso, ni los desprecio; los compadezco.


Y pues es hoy el día saludable y para ello he sido llamado, con mis legiones, acatamos de toda nuestra alma la ley. ¿Cuántos? __Hermano: pregunta si hay disidentes; les habló en hindú perorando largo: y contesto:


Ninguno hay en disidencia y son millones de millones y todos cantarán a Eloí y están en fusión con los hermanos del espacio y trabajan ya sobre los de la tierra.


Más tú, Juez; que tienes el archivo de toda la tierra y hoy, solo tú, en justicia, tienes la balanza que Alá, Buda y… Eloí te entregó, piensa que nuestro equívoco es hijo de la carne y del antagonismo y que hemos expuesto nuestro equívoco, sin culpar a nadie; es nuestra obra, pero acatamos la ley de justicia; tenemos en nuestras escrituras (que eran antes de Jesús) el principio de amor; no lo vimos, por la carne; vemos que Jesús dio el principio que hoy tú haces ley y solo nos llegó algo muy envuelto y seguimos mejor con lo nuestro que con lo que nos llegaba, amasado por otros hombres que han sido juzgados ya. Hoy vemos proclamarse en amor ese principio y lo acatamos y pedimos rehabilitación para trabajar donde hemos trabajado, bajo la ley de amor: esperamos la sentencia.


Antes debo hacerte algunas preguntas. ¿Vosotros acudisteis y firmasteis la Alianza con la religión romana o católica cristiana?


Consultó en hindú y dijo:


Me dice el que entonces representaba a Buda, que pidieron una copia de nuestras doctrinas, con promesa de devolver una copia. Se les mandó, pero no devolvieron nada.


__ En vuestros ritos y cultos ¿teníais desde el principio un rito, por el cual se representa en la Iglesia romana el Sacramento de la Eucaristía?... Consultó en hindú.


Teníamos y tiene el rito de las Especies, en el que dan a comer y beber y es el reconocimiento a Buda.


__ Vuestro trimurti o trinidad, ¿cómo lo explicáis? Consultó en hindú.


__ Buda (el Padre) hombre y tierra y espíritu, alma y materia.


__ Estáis en lo cierto hermano. Con tales principios, sois muy responsables de vuestra prevaricación; pero el Juez es hombre y conoce las condiciones humanas, por lo que aún no reina el amor. Veo vuestra sinceridad en la confesión y acatamiento y os admito de nuevo al trabajo; pero, os impongo un gran trabajo y es que, en esa China, donde acaba de proclamarse república, que es igualdad y amor, hoy que conocéis que solo el amor puede salvar a los hombres, que sostengáis, defendáis y deis asiento definitivo al nuevo régimen, en tanto llegará la doctrina y código de amor, que hará una sola familia. ¿Prometéis?


__ Prometemos y ya trabajaremos desde ahora.


Ahora hermano mío; en compañía de Schilem que os instruyó en Eloí y de Jesús que anunció este Juicio y María su Madre que lo es de todos los hombres por su amor, asidos a… Esta ancla salvadora que os tiende el Espíritu de Verdad, Xavier, aquel que fue a Oriente en busca del principio que en vuestra ley tenéis y le amargó su misión porque no lo vio en la práctica; llegad a Sion. Id en humildad, paz y amor y seréis confirmados por él en mi sentencia.


Gracias, hijos de Sion. Gran Jesús, María… Oh qué grandeza… Juntos vienen. Ya nos cubren de luz y de amor… Schilem… Tú que nos enseñaste a Eloí, llévanos a Sion y preséntanos al Espíritu de Verdad, el ancla desciende luminosa. Adiós, hijos de Sion… Gracias… Cantemos a Eloí. Por millones de millones de la religión budista.


Yo, Zaquiamuni.


_________

   

El vidente lloraba de tanta magnificencia. Schilem de conductor y Jesús y María cubriéndolos con sus mantos y el ancla, cargada como nunca se vio; llegó a Sion donde todos cantaron al amor.


Confieso que es el cuadro más sublime que hasta hoy se ha presenciado en el espacio en el curso de los Juicios y quedamos respirando un ambiente de tranquilidad.


El Juez


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo II

Autor: Joaquín Trincado

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