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Joaquín Trincado

La caridad es baldón

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 2 sept 2024
  • 1 Min. de lectura


¿Ha pensado alguien el oprobio y la injuria que se le hace al hombre al decirle, te dispenso o te ayudo por caridad? Todo el que haya meditado un tanto, habrá protestado de la caridad. Tanto baldón es la caridad, que llega hasta el patíbulo donde la injusticia de los hombres lleva a otro hombre, víctima de las leyes irracionales e injustas, hechas siempre por los que no saben lo duro del trabajo, ni el frío de la miseria; y al pie del reo (qué podría ser juez de jueces y acusarlos de crimen de lesa humanidad), al pie del reo digo, llegan hombres que se titulan hermanos de caridad, a exhortarlo para que reciba como castigo la muerte del cuerpo, que solo fue el instrumento de otro, al que no pueden ajusticiar, su espíritu; que, viéndose imposibilitado para cumplir su destino por la opresión de las leyes, o por la miseria y siempre por la falta de educación, optó por la venganza o acaso para probar ante la ley divina, lo imposible de soportar a una “raza de víboras” como llamó a ciertos hombres el fuerte Juan.


La caridad, pues, es un baldón del pueblo.


Libro: Filosofía Austera Racional Quinta Parte

Autor: Joaquín Trincado

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