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Joaquín Trincado

El Renacimiento; La Imprenta

Foto del escritor: EMEDELACUEMEDELACU


El siglo XV, nos va a marcar grandes hechos de todos los cuales son el resumen, tres. La Imprenta, la caída de Constantinopla y el descubrimiento de un nuevo mundo. ¿De qué le sirvió a la iglesia Católica toda su maldad y terror? ¿Quién dominará al espíritu? ¿Quién torcerá el infalible decreto del progreso?.


La Imprenta, es atribuida a Gutenberg en 1436. Seamos justos y no le quitaremos nada a este hombre benefactor: Gutenberg inventó una lengua de acero que se hace entender en los moldes de todos los hombres. Por lo demás, la imprenta, tiene sus orígenes en la China y la India, tratándose de moldes; pero desde que el hombre ideó signos, imprimía.


Fust y Gutenberg, idean la máquina que facilita el traslado de las ideas literarias y artísticas; pues produce, con una composición, todos los ejemplares necesarios o deseables en caracteres claros inteligibles para todos los hombres en sus respectivos idiomas, con la máxima economía de fuerzas, tiempo y capital; lo que ha permitido la educación de todos los hombres y por ende, el cambio de ideas de unos y otros continentes, lo que lleva aparejado la comunicación de todos los pensamientos; esto traería por consecuencia lógica la fraternización y ésta, por su afinidad, la Comuna material y espiritual, a lo que arribamos por la influencia ocasionada por la estridente voz de esa Lengua muda.


El secreto que se guardaba hasta hoy día de la libertad es que la Imprenta se traía a la tierra, para ser la lengua del Espíritu Regenerador, que hablaría por ella a todo el mundo, por medio de los tentáculos cargados de palabras movidas por la electricidad, Fuerza Omnipotente y Madre de todas las formas que existen hasta del hombre, metafísicamente.


Este es el mayor canto que se le puede hacer a la imprenta, en el que reciben su palma, Fust, Gutenberg y todos sus antecesores y continuadores, y los canto cual es mi deber. Cumplieron su misión para la tierra; pero muchos otros mundos esperan; llevadles nuestros progresos, pues nosotros, de otros los recibiremos, como recibimos la imprenta, de lo que sois testigos.


Ya se ha roto la gruesa y espinosa cadena que aprisionaba la inteligencia; esa lengua de acero, trasmite los pensamientos de los libres y no es sin que esté presente, como hombre, el Investigador, Juez y Censor de la tierra, que lo habíamos conocido por última vez, como Santiago Apóstol de España. Ahora ha nacido en esos años, para Capear a los Papas con espada en mano y es Juan de S. Severino, o Juanucho, o el Condestable y presencia los tres grandes acontecimientos y ayuda, aunque parezca no tomar parte directa; pero es porque así convenía a los altos designios del Padre Creador, porque “¿Yo que hago parir seré Coartado?”.


Libro: Filosofía Austera Racional (1ra parte)

Autor: Joaquín Trincado


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