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Joaquín Trincado

Economía Científica

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 22 abr 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 13 may 2024



La economía científica casi se confunde con la economía moral; pero, sin embargo, tiene mucha diferencia, porque la economía moral, idealiza; la economía científica, obra; la economía moral, es el pensamiento; la economía científica, es la voluntad; y divinizando esto (porque cabe), la economía moral es, el éter única substancia, como pensamiento del Creador para la creación infinita; y la economía científica, es la voluntad ejecutora que, del Éter hace los cuerpos y las cosas que, con peso y medida, demuestra en ellos la vida; y esta voluntad del Creador es el espíritu, que individualizó para ejecutar la creación; y encerrado en el hombre, idealiza y da voluntad a su alma y su cuerpo, para la realización y demostración de los hechos.


Es grande este trago que os doy, hermanos míos; pero es el quinto capítulo y no hay quinto malo; pero ya lo habéis tragado y lo digeriréis, para lo que tenéis el aceite fino de las anteriores cátedras, que deseo bebáis con sosiego y calma.


La economía científica, pues, concretando es, pesar matemáticamente todas las cosas para el resultado probable, favorecido por la exactitud de los componentes y preparativos mentales y científicos, antes de exponer, ni hacer gasto ninguno de intereses ni fuerzas; y aun se debe economizar ciencia; es decir, que se debe pensar más que pesar y medir.


Con esto, podéis tomar ahora otro traguito, si no tan grande como el de arriba, acaso más amargo para muchos; porque aquí como es un apéndice, no he de entrar mucho en la metafísica profunda, porque eso lo hice en el «Conócete a ti mismo», donde lo veréis.


Sabed, pues, que la matemática no lo domina todo y no es exacta, aunque sea lo más exacto que en ciencias tenemos; pero el idealismo, la razón que es del espíritu, esta sí, lo domina todo, porque es la matemática pura; ésta no necesita cuadrar el círculo, porque para el idealismo, para la razón, para el espíritu, no existe el círculo, ni el quebrado, ni el decimal; para él, solo existe la vida, la que es él mismo, por lo que se dijo: «En él estaba la vida y la vida es la luz de los hombres».


Aunque no todos comprendéis esas profundidades hoy, luego sí las comprenderéis; pero entre tanto, pensar más que pesar y luego pesaréis y mediréis y ejecutaréis con gran economía científica, porque la economía moral es más barata, aunque es más alta y tenéis el deber de usarla en toda su grandeza y verdad.


Libros: Cinco Amores, Profilaxis de la vida y Código de Amor Universal Tomo II

Autor: Joaquín Trincado

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