Apéndice científico filosófico 4
Átomo, Molécula, lón, Electrón y... Corpúsculo. Por estar los hombres más familiarizados con los Átomos, tomo primero para su exposición, esta cantidad de materia, antes que la Molécula. Hecha esta advertencia entremos en ese mundo infinitesimal.
Es encantador, ver cómo se agitan y se ingenian esos hombres preclaros, en sus laboratorios, para sorprender la marcha y funciones de los átomos, logrando deshacer científicamente las Moléculas en lones y Electrones, e imaginan cuerpo aún más minúsculo, que llamarán Corpúsculo. Nosotros estamos obligados a decirles que, la unidad más mínima, es igual a las más grande conocida y se compone de los mismos elementos: ¡Espíritu y Electricidad! ¡Oh!... ¿Qué es ésto? ¿No estoy solo pues? ¿Por qué este barullo de palmoteos y protestas a la vez, al subrayar esas palabras que constituyen una ley universal?... Callar y no hiráis mis tímpanos los que protestáis. Hablarme y decirme los que aplaudís porqué lo hacéis... Escucho... ¿Por el Subrayado "Espíritu y Electricidad"?...
Pues desmentirme vosotros. Decir al Creador que me desmienta. Pero a pesar de todo, El Espíritu Universal y la Electricidad, ¡presidirá y continuará la creación... iOh!... por amor, hermanos... me aturdís con vuestra algazara y no me dejáis continuar... ¿Seguís? Oigo... "Esperábamos con ansia que se rompiera él séptimo sello. Ha sido roto y se nos abrió el camino. ¿Cómo no celebrarlo?"... ¡Ah!... ¿Es que entonces me acecháis? … Pero ¿porqué huyen aquéllos? ¿Se creen derrotados? iOh no! Aquí no hay ningún derrotado... Dejo un momento para descansar mi pobre borriquillo, pero, vamos; alcancémoslos, veo entre ellos algunos que conozco personalmente; otros, espléndidas plumas de fama; alcancémoslos y con amor, pero con justicia, mostrémosles que es la hora de la Verdad y que ésta no se oculta ya a nadie. Vamos.
Octubre 24. iAhl. Vaya... descubrí la causa de este incidente. La tierra celebra al Hermano Rafael, que, sin duda, al venir a verme por deber y afinidad, me encontró en ese intrincado estudio y llamó a presenciarlo a todos los interesados. Con este incidente grandilocuente, quedan confirmados la ley y principios de estos puntos que, como dicen, "rompen él séptimo sello".
Ahora sí. Vamos todos hermano Rafael, a ver a los que en sus laboratorios están jugando con los Electrones; vamos y descanse la materia.
Octubre 25, hora 7. Reanudamos el trabajo.
Ha sido larga y minuciosa la correría en comisión espiritual, pero enteramente consciente para la materia.
Esto pone un nuevo sello confirmativo de la lección 6a y 7a del "Método Supremo" de la indivisibilidad del Magnetismo del Espiritismo y es una nueva columna de la gran cúpula representada en nuestra Proclama Máxima, que, en la eternidad, no podrá ser renovada ni agrandada, aunque siempre se embellecerá más, por el eterno estudio.
¡Cuántas cosas hemos sorprendido en este viaje improvisado! Más de 100 laboratorios en función hemos sorprendido. Pero ¡qué diferentes pensamientos y tendencias de los estudiosos hemos presenciado! Unos, los menos, los vimos con verdadero interés de espíritu científico dedicados a buscar la higiene y la salud de los cuerpos de los hombres, absorbidos y ensimismados en ver las reacciones de la función de los diferentes elementos en los tubos y retortas y la naturaleza, complacida, les entrega el secreto que buscan. Pero detrás de ellos estaban ávidos de ambición otros, con entero espíritu de absorción, acaparamiento y lucro de aquel producto de esos misioneros del progreso, con lo que se malogra su esfuerzo.
Otros, cubiertos de aureola negra-roja, ven las reacciones destructoras de gases y combinaciones explosivas, ante las que se imaginan (con risa criminal) cómo caen atolondrados unos, y vuelan otros, hechos piltrafas de carne por los aires.
Otros (y éstos son los más entre los que hay muchos hábitos monacales), ensayan sutiles venenos, o ven el modo de infiltrar virus de pasiones violentas y de degeneración, lo que me ha dado el mayor horror.
Otros, ("miopes de larga vista") los sorprendimos manchando al sol, (dándome risa su aberración) a pesar de que, la fotoesfera, entre 100, fotografías, no hay ninguna igual y las funestas manchas, cambian de posición hasta de hora en hora. ¿No es bastante ese dato de real ciencia, para deducir que, esas manchas movedizas, no pueden ser sino sombras producidas en las montañas del sol, por la luz de otro sol mayor? ¡Pobres hombres! Con tan largos y potentes anteojos, están ciegos. Hay algunas excepciones, que no son muy honrosas, porque ven y se callan, por temor de diferir con los ciegos.
Pero vamos a hablar de otros, con los que nos hemos entretenido más tiempo, por lo divertido de su estudio entre juguetes indomables que siempre se les escapan, seguramente porque están vivos: Los Electrones.
Libro: El Magnetismo en su origen; Método supremo
Autor: Joaquín Trincado